miércoles, 19 de diciembre de 2007

Consejos a una visitante

Estimada amiga:
Me consultas sobre cómo afrontar la nueva afición que has descubierto:el senderismo.Vamos a ello.
Algunos consejos te resultarán decisivos para que el primer contacto con el senderismo nos deje un buen recuerdo y nos anime a repetir la experiencia. Además de conocer teóricamente la ruta y estar bien equipado, hay que aprender a dosificarse. Por ejemplo, no debemos afrontar la subida a un monte sin haber asentado el hábito de andar (cuesta arriba) durante varias horas. En el senderismo es esencial no agotar las fuerzas y caminar relajado, por lo que no hay que frustrarse si al comienzo las piernas no responden y las pendientes se eternizan. Poco a poco se irá cogiendo resistencia y potencia. Tampoco hay que olvidar el calentamiento: el buen senderista sabe que antes y después de comenzar a andar hay que efectuar estiramientos para adecuar los músculos al esfuerzo (aunque reconozco que yo no lo hago, por mis maltrechos meniscos).

El senderismo no es un deporte extremo, pero requiere de una técnica superior a la del mero caminar. Lo primero que debemos aprender es a mantener la calma si surge algún problema. Y saldremos más fácilmente de las situaciones difíciles si no olvidamos el teléfono móvil, dejamos señalado a nuestra familia o amigos adónde nos dirigimos y si caminamos siempre acompañados. Para cruzar un río (sólo si la corriente no entraña peligro y la profundidad no supera la rodilla), se avanza de piedra en piedra con un pie detrás del otro, buscando el equilibrio dinámico. Al descender pendientes, hay que bajar mirando a la pendiente y clavando los talones a cada paso para guardar el equilibrio, y evitar las caídas o el rodar incontroladamente. También para las subidas hay truco: tomarlas con calma, con pasos cortos y caminando en zig-zag. Es preferible evitar las zonas de zarzas, arbustos espesos y matorrales, ya que salir de ellos puede resultar agotador e implicar que terminemos llenos de arañazos. Además, en estas zonas es más fácil perder la orientación. Si nos desorientamos y no encontramos la siguiente marca en una roca o árbol, tengamos en cuenta los puntos cardinales: el sol sale por el Este, se pone por el Oeste y está al Sur. Los musgos de los árboles proporcionan otra pista: indican el Norte. Si cae la niebla, una de las mas peligrosas dificultades que presenta la montaña, hay que descender hasta buscar un río y seguirlo, pues siempre nos llevará a una población. Si nos sorprende una tormenta eléctrica, evitemos los lugares altos, y habremos de deshacernos de los objetos de metal además de buscar un descampado para alejarse de los árboles. Si cae la noche, lo mejor es buscar un refugio entre los árboles y quedarse quieto hasta que amanezca.
Espero que disfrutes con tus salidas.

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